Código libre, libertad tecnológica y el legado de Linus Torvalds
Después de la introducción espiritual a las publicaciones técnicas, quiero comenzar esta sección hablando de uno de los pilares fundamentales que ha permitido que hoy podamos liberarnos, en gran medida, del dominio comercial tecnológico: el trabajo de Linus Torvalds.
No es una “figura tecnológica” más. Lo que él inició en 1991 con un pequeño proyecto personal, se ha convertido en una de las obras tecnológicas más influyentes de la historia reciente, y un ejemplo perfecto de cómo un trabajo guiado por principios de libertad y servicio puede transformar la vida de millones de personas, aunque muchos no lo sepan.
Linus Torvalds: el hombre que abrió el camino a la libertad tecnológica
Linus Torvalds creó el núcleo de un sistema operativo libre: Linux. Lo hizo con una idea sencilla y profundamente revolucionaria: que el conocimiento y el código deben ser compartidos, mejorados y distribuidos libremente.
Ese gesto, tan simple en apariencia, cambió el rumbo de la informática mundial. Su decisión permitió que miles de desarrolladores, administradores de sistemas, científicos, empresas, instituciones públicas y usuarios de todo el planeta pudieran construir sobre una base sólida, transparente y abierta.
Sin exagerar, la sociedad moderna sería inviable sin Linux, aunque casi nadie mencione a Torvalds en los medios.
Y aquí aparece el paralelismo con lo espiritual: el Reino avanza a través de aquellos que dan sin esperar recibir, y cuyo fruto transforma silenciosamente el mundo. Torvalds, sin proponérselo, encarna ese principio: dar, compartir, construir para otros.
El contraste inevitable: Bill Gates y el dominio comercial
Para comprender lo que Linux representa, es necesario mencionar el contraste. Bill Gates, fundador de Microsoft, simboliza el modelo opuesto: la tecnología cerrada, dependiente, sujeta a licencias restrictivas y a un control empresarial absoluto.
Windows nació con dos objetivos:
- Asegurar la dependencia del usuario.
- Mantener un flujo económico permanente basado en el mismo principio del consumismo tecnológico que denunciaba en el artículo anterior.
No critico a la persona, sino el modelo. Gates ha contribuido a expandir el uso del ordenador personal, eso es innegable. Pero el precio ha sido alto: dependencia, obsolescencia programada, imposibilidad de auditar el código, vulnerabilidades ocultas, telemetría invasiva, y un ecosistema donde la libertad del usuario queda subordinada al beneficio comercial.
Linux representa lo que debería ser la tecnología: una herramienta para nuestra libertad, no para nuestra dependencia
Por eso, esta sección del blog se centrará en mostrar alternativas reales, prácticas y accesibles para cualquier persona que quiera recuperar el control sobre su informática diaria
Porque, si el Reino en nuestra vida es libertad, también debemos vivir libres en aquello que usamos cada día, incluso en la tecnología.
Me gustaría agregar una reflexión que considero necesaria: Linus Torvalds puede colocarse al nivel de personas como Albert Einstein y otros científicos notables, no por ser un “genio” en el sentido mediático del término, sino por lo que aportó a la humanidad.
Su obra transformó silenciosamente la infraestructura digital de nuestro tiempo y el modo en que millones de personas pueden trabajar y crear.
Pero, como tantos que no pusieron la economía en primer lugar en sus vidas, permanece en la sombra. El sistema admira las riquezas monetarias, y rara vez reconoce las contribuciones que no buscan beneficio personal, sino servicio.
El símbolo de Linux es un pingüino llamado Tux. La idea de usar un pingüino viene de Linus Torvalds, que comentó con humor que le gustaban los pingüinos después de que uno lo mordiera en un zoológico de Australia. El nombre “Tux” se suele interpretar como la combinación de “Torvalds” y “Unix”. El diseño original fue creado en 1996 por Larry Ewing para un concurso comunitario.
