Judas 1: 22-23:
“A
algunos que dudan, convencedlos. A otros, salvad, arrebatándolos del
fuego; y de otros, tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa
contaminada por su carne.”
Si
leemos la carta de Judas entera, como siempre, no se puede usar versos
como el 23 aislados. La biblia está dirigida principalmente al pueblo de
Dios. Pero también contiene sabiduría y enseñanza para los que todavía
no han entrado. Nos habla de situaciones en entorno de templos dónde
está mezclado cizaña y trigo. ¿Qué hacía Jesús en la tierra? Calificaba a
unos de raza de víboras, y sepulcros blanqueados. Estos
mismos le etiquetaban de “hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.” (Mateo 11:19).
Vemos
como Judas describe las depravaciones introduciéndose en el pueblo, y
lo que se tiene que resolver, no a los pecadores de fuera que necesitan
Palabra que les lleve a Arrepentimiento (lo escribo con mayúscula,
porque es espiritual, y no carnal, temporal). Tendremos que Fijarnos en Judas 1: 22-23, citado arriba
Si
leemos la carta de Judas entera, como siempre, no se puede usar versos
como el 23 aislados. La biblia está dirigida principalmente a hijos
de
Dios. Pero también contiene sabiduría y enseñanza para los que todavía,
no como los discípulos, quiénes por su cultura religiosa, les costaba
apiadarse del publicano, la prostituta, el romano… Y hoy, ¿el
homosexual? (ese término como tal, no existía en estos tiempos), pero
ellos, sí
existían. Cuidado, no hablo de ser permisivo con las desviaciones carnales, sino de Compasión por el pecador, como la tiene Dios.
Dentro
del entorno religioso Judío y en su sociedad, en los tiempos de Jesús,
ni siquiera se nombraba, y tampoco la depravación sexual en general. Era
más característica de la sociedad romana y griega en esa época, que
convivía en medio de una sociedad judía religiosa, pero muy tapada y
silenciada. De hecho, aun en nuestros tiempos, sociedades religiosas lo
condenan ferozmente, con pena de muerte, pero en las altas esferas de
sus sociedades, existe. Pablo se atreve a hablar de “afeminados”, pero
no profundiza el tema, ni nadie más lo hace.
Veamos qué dice Pablo de la desviación sexual en Efesios 5:1-10:
"Sed,
pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como
también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y
sacrificio a Dios en olor fragante. Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros,
como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni
truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.
Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.
No seáis, pues, partícipes con ellos. Porque en otro tiempo erais
tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz
(porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad),
comprobando lo que es agradable al Señor."
En
los medios religiosos, como en las escrituras, generalmente se percibe la homosexualidad como
una desviación, incluso la consideran de las más graves. Quiero hacer una
búsqueda de lo que dicen las escrituras al respeto:
Levítico 18:22 “No te echarás con varón como con mujer; es abominación.” La palabra “abominación” תּוֹעֵבַה (toebá) significa repulsivo, asqueroso, desdeñable. Pero no se usa en ese solo en ese caso, sino también en otros.
Levítico 20:13:
"Si alguno se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir; su sangre será sobre ellos".
Deuteronomio 22:5: "No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es al Eterno tu Dios cualquiera que esto hace".
Estos
son los pasajes referentese a juntarse sexualmente un hombre con otro
hombre, y también en querer "vestir" atributos del sexo opuesto. Ahora
veremos los que citan prácticas como abominables con la misma palabra
“abominación” תּוֹעֵבַה (toebá):
Ezequiel 33:26: "Vosotros os apoyáis sobre vuestras espadas, cometéis abominación y cada cual contamina a la mujer de su prójimo (adulterio). ¿Y habréis de poseer la tierra?".
Proverbios 6:16-19: "Seis cosas aborrece el Eterno, y aun siete abomina su alma: los
ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre
inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies
presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el
que siembra discordia entre hermanos".
Deuteronomio 7:25-26: "Las
esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás la plata,
ni el oro que las recubre, ni lo tomarás para ti, para que no tropieces
en ello; porque abominación es al Eterno tu Dios. No meterás abominación en tu casa, para que no seas anatema como ella; del todo la aborrecerás (שָׁקַץ shacáts: execrar) , y del todo la abominarás, porque es anatema".
Allí vemos que el adulterio, es tan תּוֹעֵבַה (toebá) que la homosexualidad, igual que los ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos: esto aún no dice que “es abominación” sino que Dios mismo le resulta repulsivo. Otra
vez tengo que resaltar que son las prácticas y no las personas que son
"abominables" para Él, no califica nunca las personas como repulsivas,
sino sus hechos. Tendrían muchos religiosos que tenerlo en cuenta.
Todo
esto es tan y aún más abominable como la práctica de la homosexualidad
en la Biblia, y el tener ídolos incluso es “anatema” חָרַם (kjarám) es decir “para ser destruido”. Por lo tanto, los que se prosternan delante estatuas o rezan a ellas, entran
en esa categoría, tanto como los que idolatran a hombres: artistas,
políticos, etc. y siento tener que decirlo incluye a figuras religiosas, ¿esto porque? Porque ningún hombre es digno de ser
elevado por encima de sus semejantes, es un principio corrupto, porque
Dios hizo a todos espiritualmente a su imagen y semejanza.
Lo
cito para que se vea que la práctica homosexual no es más condenable
para Dios que por ejemplo la “lengua mentirosa” o lo “ojos altivos” o el
adulterio, o fornicación. Con todo esto no me parece desubicado decir
que casi todos en algún momento, incluso los que se reúnen en templos,
han sido tan abominables que los homosexuales que les repulsa. La
palabra “pecado” tanto en hebreo חֵטְא (kjet) como en Griego ἁμαρτία (hamartía)
en el nuevo testamento es sinónimo de “errar”, desviarse de lo
correcto. Es más claro con Jesús que ya no hace distinciones, sino que
revela que para él ningún pecado es resistible a la Gracia de Dios.
Pero
no son todos los "pecados" iguales, los corporales, que perjudican solamente al que
los práctica, y los que afectan a su entorno (aunque al final todos
terminan por extenderse). Por esto tiene que haber separación (como en
el versículo que cito en principio).
Luego los del alma: "ojos altivos, la lengua mentirosa, las manos derramadoras de sangre inocente, el corazón que maquina pensamientos inicuos, los pies presurosos para correr al mal, el testigo falso que habla mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos" (Proverbios
6:16-19).
Ahora, ¿qué hace" manos derramadoras de sangre inocente" en
medio, ya que parece ser un acto corporal? Es porque no habla de
asesinato físico, sino espiritual: difamación y calumnia. Son
calificados como especialmente aborrecidos por el Alma del Creador,
porque son premeditados de lo más profundo de la oscuridad del alma, y
ejecutados por la palabra.
Sé
que algunas cosas serán difícil de aceptar para muchos creyentes, pero
voy a profundizar el tema para que veamos por qué a muchas personas honestas, creyentes o no.
Digo honestas, entendiendo no hipócritas, y deseando
sinceramente amar y no discriminar al homosexual, encuentran una
barrera que parece infranqueable.
Voy a tener que hablar de temas que
pueden ser chocantes, pero es necesario y es real, por lo tanto, no
podemos cerrar los ojos sobre lo que pasa en el mundo, Dios lo ve, y
nosotros no podemos taparnos la vista.
La
relación sexual entre hombre y mujer, está prevista por Dios; y si esto
no tenía que procurar placer a los dos, no nos hubiera hecho con
terminaciones nerviosas destinadas para esto, aparte de la función
reproductora.
También lo es con el disfrutar comer, oír y ver las
maravillas de la creación.
Todo ha sido hecho para el disfrute del
hombre. Si no tuviéramos que disfrutar por nuestros sentidos, no nos
hubieran sido dados. Ahora es distinto que este disfrute se vuelva una trampa para el hombre.
¿Por qué Dios prohíbe ciertas cosas aparentemente con diferentes niveles de
importancia y consecuencias?
Hay que entender que las épocas son
distintas y Él aplica las cosas de diferentes maneras según la evolución
de entendimiento. No es lo mismo hace cinco mil años que ahora. Pero
siempre hay que saber que Dios busca el bienestar de su creación y antes
de todo el de su mayor obra: el hombre.
Ahora volvamos en el tema del sexo. Hay una única relación sexual válida en concordancia del bienestar y en salvaguardar la integridad del ser humano: hombre-mujer.
Ojo, no entro allí en relación sentimental: un hombre puede Amar con a otro, y una mujer a otra, mientras ese amor sea Amor con mayúscula.
¿Qué es? Pues un ejemplo:
El discípulo; Juan; recostaba su cabeza en el pecho de Jesús (lo
que seguramente movía cierta molestia en su entorno y seguramente lo hace todavía hoy día).
¿Nos molesta en alguna parte imaginarlo? Entonces tenemos que
examinarnos porque fue así, y ninguno de los dos tenían ninguna
confusión con ello.
El Amor de David y Jonathan era más que el de las mujeres:
"Angustia
tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce. Más
maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres. ¡Cómo han caído
los valientes, han perecido las armas de guerra!" (2 Samuel 1:25-27).
En
ningún caso han tampoco tenida confusión, y no han sido "amantes", aunque algún perverso, haya querido usar esta hermosa relación para ensuciarla describiéndola como sexual.
Padre, madre e hijo, hija, hermanos se pueden Amar muy profundamente,
sin confusión. La depravación viene cuando hay confusión con Amor y sexo. Solo en caso de pareja hombre y mujer no hay confusión.
Y esto, aun con ciertas condiciones, es decir, con un compromiso sellado.
¿Qué significa esto?
Sencillamente, la penetración es una unidad
físico-social-espiritual que tiene muy altas connotaciones. Cuando Dios
habla de comunicación espiritual, de unidad con Él, usa la misma palabra:
"conocer":
"Conoció (יָדַע yadá) Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad del Eterno he adquirido varón." (Génesis 4:1). "Ciertamente, tales son las moradas del impío, Y este será el lugar del que no conoció (יָדַע yadá) a Dios." (Job 18:21).
Lo mismo en Griego, en el NT: la palabra γινώσκω ginósko tiene la misma connotación:
"Pero no la conoció (γινώσκω ginósko) hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS.". (Mateo 1:25)
"Así como el Padre me conoce (γινώσκω ginósko), y yo conozco (γινώσκω ginósko) al Padre; y pongo mi vida por las ovejas." (Juan 10:15)
γινώσκω ginósko es raíz de varias palabras como ginecología, relacionadas con el aparato reproductor, femenino o masculino.
Por
lo tanto, el acto sexual por penetración está estrechamente ligado a un
concepto espiritual, y el ser humano por influencia tenebrosa ha
perdido
ese concepto y entrado en una depravación de ello, que lo lleva a una
asociación espiritual con las tinieblas.
No
es casualidad que las ceremonias unitarias con entidades demoníacas,
usen sangre y sexo, y preferentemente con una mujer virgen, por el
derramamiento de sangre durante el acto.
Esto es un sello de unidad espiritual, tal como lo es durante la unidad sexual, que es un pacto entre hombre y mujer; mucho más allá de cualquier ceremonia religiosa o social.
Hombres
y mujeres tienen relación de pacto por doquier unos con otros, y así
pierden su profundo sentido espiritual que le llevaría a una relación
de compromiso firme. Cada uno busca su propio interés y caen en una rueda de uniones y desuniones sin fin: no hay unidad verdadera.
Luego, la unidad no se rompe realmente, provocando en mayoría de los casos una gran confusión mental.
Ahora
voy a ir más lejos en el ámbito sexual con el tema de la sodomía.
Recuerdo lo dicho de un "pastor" que sostenía que cualquier acto sexual
dentro del matrimonio era lícito mientras era consentido por las dos
partes.
Era esto en parte correcto, y en parte no.
El placer de la relación
sexual entre hombre y mujer pasa por terminaciones nerviosas y es
notorio que es compartido por los dos, en un acto de entrega hacia el
otro.
Quiero decir por allí, que uno busca el placer del otro, y no
procura egoístamente lo suyo. Si eso no funciona así pronto se recalca
en su relación diaria.
La sodomía no es para nada así: por mucho que nos quieran hacer pensar que sí, es falso; es sinónimo de abuso hacia
el otro.
Si uno quiere ser abusado, no resulta un sentimiento sano, sino
que deriva de depravación mental tenebrosa: masoquismo.
Es una esclavitud, diría "automanipulada" que no es para nada lo que tiene Dios para una
pareja, por mucho que se acepte mutuamente. Es muy turbio.
Se podría
comparar a una violación, consentida; otro tipo de depravación mental
tenebrosa, y hasta diría que es una rebeldía inconsciente, en contra
del uso sano y edificante, que Dios ha dispuesto con Amor para el hombre.
El otro aspecto es el de Autoridad.
Sabemos que en el espíritu no hay hombre y mujer, son iguales en
posición.
Pero en el ámbito natural los dos tienen roles y funciones distintos; el uno sin el otro no pueden ser completos, y muchos hombres religiosos intentan ejercer una autoridad sobre sus mujeres a sentido único y esto no es para nada correcto.
La frase: "Someteos unos a otros en el temor de Dios" de Pablo lo ilustra perfectamente: dice, "unos a otros" es en término espiritual y no "varios a uno". Los versículos siguientes han sido sacados de contexto y usados
generosamente para esclavizar generaciones de mujeres a sus maridos, es
claramente "tenebroso".
Así, un hombre no puede complementar a otro, ni una mujer a otra, porque su
genética física, social y mental no ha sido diseñada para esto.
Frente a esto, las tinieblas han introducido un concepto de confusión de identidad sexual,
que es abundantemente difundida en muchos países; una "hibridación" que
hace que no están seguros de su identidad de género.
Pero
al final la
genética manda y todo intento de forjar doctrinas de sexualidad híbrida,
es una locura totalmente pseudocientífica. Es producto de mentes
entenebrecidas por voluntad de privar al ser humano de su disfrute
completo y sano de la sexualidad.
Sé
que a muchos les costará horrores aceptar esto, ya que los pecados
visibles son evidentemente más fácil de reprimir que los escondidos.
Aceptar un homosexual en un medio eclesiástico es más complicado que un
mentiroso, o altivo; sin embargo, estos últimos están por todas partes en los templos.
¿Enorme hipocresía?..
Personalmente, no concurro más a templos, pero tengo amigos homosexuales, y
no he reparado en explicarles que, para Dios, es una desviación.
Ahora, esto solamente se puede, cuando hayan visto en uno el Amor
de Cristo hacia ellos, y ausencia de discriminación.
Lo mismo que se haría, que lo que es adulterar, fornicar,
mentir, robar, etc.
Alguno entonces me pregunto: ¿qué hacemos? Y le respondí lo que pedro en Hechos 3:17-19 a sus propios conciudadanos:
“Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus profetas, que su Cristo había de padecer. Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio…”
Con todo esto, no pretendo minimizar ninguna desviación humana, ni aceptarla,
porque las sociedades pretenden hacerlo, como lo hacen con todo lo que
les conviene.
Mucha hipocresía hay en esto, y una enorme es, declarar, aceptar y normalizar la homosexualidad, cuando realmente en privado la mayoría los aborrecen, y si la situación se diera, la mayoría no dudaría en perseguirlos.
Sepulcros blanqueados…
Jesús ama de verdad los pecadores, no a su pecado.
Su
afán es que se vuelvan de un camino que destructivo para ellos; no
porque Dios es un dictador, que quiere privar al hombre de sus
gustos, sino porque estos lo llevan al caos.
Muchos conceptos de
libertad "individual" llevan el sistema familiar a la bancarrota, y con
ello todo el resto, porque es el pilar de una sociedad funcional.
El
respeto de los principios de autoridad son trastornados:
Declaran todo lícito, en nombre de la voluntad libre del individuo; olvidando que el
fundamento de la garantía de los derechos individuales son primero las
obligaciones hacia los demás.
Hoy
día todos quieren derechos, reclaman los "estados de derecho", pero son cada vez menos dispuestos a tener obligaciones.
Yo les digo que en
lo espiritual no hay ningún derecho, solamente obligaciones.
¿No les gusta? Pues sepan que esto fue lo que llevo el hombre a la caída. Dios era el "derecho" del hombre, pero este "comió" el fruto del poder de decisión unilateral, y aquí estamos.
Cada vez que un hombre reclama derechos, y a generalmente con razón, es
porque otro ha violado el suyo, en nombre de su derecho a hacer lo que
le plazca sin límite.
Por
esto hay naciones que invaden a otras, sin previo perjuicio, grupos de
presión (lobbies) que pretenden dictar sus conceptos al mundo.
Como los
que no solo satisfechos de no ser perseguidos, pretenden hacer reinar la
corrupción sexual sobre las sociedades con excusa del derecho a elegir
"género" u "orientación sexual".
Otros otorgar decisión de asesinar niños
antes de nacer, sin ningún límite. Una lista muy larga podría seguir. Pero no es más que la consecuencia de la avidez de "derechos" sin deberes del hombre caído.